Uso de criptomonedas, redes sociales y consumo de drogas

Las criptomonedas han contribuido a los cambios en la manera que tenemos de adquirir bienes y servicios, por lo que el mercado de drogas no iba a ser menos. Esta nueva forma de pago ofrece la posibilidad de obtener lo que queremos sin contacto directo con la persona que nos lo provee.

La ventaja de los criptomercados es que proporcionan anonimato a quien vende estas sustancias porque lo hace desde lo que se conoce como «deep web» o «darknet» y recibe el pago a través de criptomonedas. Un estudio publicado hace escasos días en la «International Journal of Drug Policy» analiza como afecta esto al consumo de sustancias. En el análisis se centra en la relación entre la compra de drogas en los criptomercados y el riesgo de daños relacionados con ellas.

Parte de la dicotomía entre dos eventos que se derivan de esta nueva forma de adquisición: por un lado, en el estudio se recoge una propuesta que relaciona la interacción personal que requiere la adquisición de sustancias de manera presencial y el consumo social y en grupo y, de manera contraria, la adquisición de sustancias por canales en línea con el consumo en solitario. Este último se señala como susceptible de mayores riesgos dado que la persona no tiene a nadie que le socorra en caso de emergencia derivada del consumo.

Pero, en el otro lado de la dicotomía, se encuentra que la generación de espacios en linea para adquirir drogas contiene también comentarios y relatos sobre las experiencias que aumentan la información y, por otro lado, reducen los daños asociados al consumo.

También analiza las redes sociales presenciales (es decir, el número de individuos con los que se tiene contacto y la calidad de estas interacciones) para teorizar sobre la relación entre estas redes, el consumo y el uso de criptomonedas.

Lee el estudio completo aquí.