SEMID-EU: Respuestas adecuadas para personas migrantes drogodependientes en Europa
Entre 2022 y 2023, siete organizaciones de la Unión Europea se asociaron para estudiar la vida de las personas migrantes que consumen drogas en la UE. Bajo esa premisa nace SEMID-EU, un proyecto que pretende colmar las lagunas de conocimiento sobre el consumo de drogas entre las poblaciones migrantes y el acompañamiento (o la falta de este) desde las organizaciones y entidades especializadas en adicciones en la UE.
El objetivo de este proyecto es mejorar las políticas públicas y acciones que afectan a estos grupos para aumentar su acceso a los servicios sanitarios de alta calidad, el tratamiento en adicciones, los programas de reducción de daños y los servicios de (re)integración. SEMID-UE se centra en las personas migrantes que encuentran barreras legales, estructurales, sociales y personales que les impiden ejercer sus derechos humanos.
SEMID-EU está coordinada por Mainline, una organización con sede en Ámsterdam cuya misión es mejorar la salud y la posición social de las personas que consumen drogas, sin exigir primero una reducción o abstención del consumo y respetando la libertad y las elecciones de las personas.
Este proyecto, entre otras conclusiones de peso, señala que los servicios existentes de salud física y mental, drogodependencia y reducción de daños suelen ser insuficientes para las necesidades específicas de las personas con una experiencia migratoria, que suelen estar más expuestas a los factores de riesgo que conducen al consumo. Las necesidades específicas incluyen la atención psicológica basada en el trauma y el asesoramiento sobre su situación de inmigración, así como la ayuda en materia de vivienda y otros procedimientos jurídico-administrativos. Al mismo tiempo, las organizaciones que trabajan con migrantes a menudo desconocen los problemas del consumo de drogas en las comunidades a las que acompañan o carecen de una formación en interculturalidad.
Con este estudio SEMID-EU siembra un precedente y aporta una valiosa información en cuanto al acompañamiento de personas migrantes con consumo. Por nuestra parte advertimos una omisión mayor y es la falta de una perspectiva feminista o de género interseccional. Es de sobra conocido que las mujeres tienen prácticas de consumo diferenciadas a los varones, lo que también se reproduce en el caso de las mujeres migrantes. Conocer estas diferencias es esencial para mejorar su atención, entendiendo que este es también un grupo heterogéneo. Por ello, creemos que la perspectiva de reducción de daños que adopta este proyecto -a nuestro juicio altamente beneficiosa- tiene que combinarse con una atención singularizada que ponga en el centro a las personas, considerando particularmente las discriminaciones específicas que enfrentan.


