
Métodos de detección de la violencia de género y adicciones

Métodos de detección de la violencia de género y adicciones
Desde hace años se concibe tanto a nivel nacional como internacional a la violencia de género y las adicciones como problemas de salud pública, en el cual toda la ciudadanía debe estar implicada para su prevención e identificación.
¿Desde que ámbitos puede detectarse?
a) Entorno cercano: amistades, familia…
b) Ámbito educativo
c) Ámbito sanitario
d) Ámbito laboral
¿Qué problemas podemos encontrar?
En ocasiones la detección e identificación puede ser complicada, tanto para las víctimas como para el entorno por diversos factores:
• Factores socio-culturales: se asumen como normales ciertos roles y estereotipos, así como se normalizan conductas violentas como “quien bien te quiere te hará llorar” “si se pone celoso es porque se preocupa” «consume porque quiere». La interiorización de estas conductas dificulta su crítica y análisis.
• Factores psicológicos: el asumirse como víctima conlleva en ocasiones romper con un proyecto de vida establecida, asumir miedos, tomar decisiones y emprender acciones activas que motiven el cambio.
• Factores de dependencia: por ejemplo, mujeres con discapacidad, drogodependientes, dependencia económica, mujeres migrantes…
Barreras de la propia víctima – Por parte de hijas e hijos – Barreras profesional sanitario
Mitos, estereotipos y prejuicios sobre los hombres que la ejercen, sobre las mujeres que la sufren y sobre el proceso en sí mismo.
Barreras de la propia víctima
Miedos (a la respuesta de su pareja, a no ser entendida y ser culpabilizada, a que no se respete la confidencialidad, a no ser capaz de iniciar una nueva vida, a las dificultades económicas, judiciales, sociales, a lo que ocurra con sus hijos…).
Baja autoestima, culpabilización.
Estar viviendo una situación de especial vulnerabilidad
Ser dependiente económicamente. Estar fuera del mercado laboral.
Sentimientos de vergüenza y humillación.
Deseo de proteger a la pareja.
Desconfianza en el sistema sanitario.
Minimización de lo que le ocurre.
Aislamiento y falta de apoyo familiar y social.
Tener incorporados creencias y valores sexistas.
Estar acostumbradas a ocultarlo.
Percepción del maltrato como algo «normal» dentro de la relación.
Bloqueo emocional por trauma físico y psíquico.
Por parte de hijas e hijos
Considerar la violencia como una forma de conducta normalizada. / Negar la violencia como mecanismo de defensa. / Miedo a ser castigados/as o sufrir daños si cuentan la situación. / Tener sentimiento de responsabilidad y culpa. / El niño o niña viven un conflicto de lealtades entre su madre y su padre. / Dificultad para exteriorizar sentimientos al ver a la madre cargada de dolor y angustiada.
Personal sanitario
Estar inmersos en el mismo proceso de socialización sexista que el resto de la sociedad. / Haber internalizado mitos y estereotipos sobre la violencia de género. / No considerar la violencia como un problema de salud. / Vivir y/o haber vivido experiencias personales respecto a la violencia. / Creencia de que la violencia no es tan frecuente. / Intento de racionalización de la conducta del agresor. / Miedo a ofender a la mujer, a empeorar la situación, por su seguridad o por la propia integridad. / Desconocimiento de las estrategias para el manejo de estas situaciones. / Formación fundamentalmente biologicista (no abordaje de problemas psicosociales). / Escasa formación en habilidades de comunicación en la entrevista clínica. / Desconocer que los hijos e hijas también son víctimas de violencia de género. / Creer que la situación de maltrato, si no es directa, no está afectando a la salud de los menores.
En el contexto de la consulta
Falta de privacidad e intimidad, interrupciones durante la consulta. / Sobrecarga asistencial. / Acceso de la mujer a la consulta acompañada de su pareja.
En el ámbito sanitario
Falta de conocimiento y coordinación entre los distintos recursos. / Insuficiente trabajo interdisciplinar y de equipo. / Insuficiente alcance de programas de formación en Violencia de Género, a la totalidad de profesionales de servicios sanitarios. / Insuficiente desarrollo de mecanismos facilitadores del acceso a los cursos de formación sobre Violencia de Género al personal sanitario. / Escasez de traductores/as y mediadores/as interculturales para facilitar la comunicación.
A continuación puedes ver dos vídeos que pueden ser de tu interés.