
Intervención con los agresores

Intervención con los agresores
El esfuerzo por clasificar a los agresores y el establecimiento de diferentes tipologías, busca desvelar las características diferenciales de distintos individuos con el objetivo último de poder atenderlos y tratarlos conforme a dicha individualidad.
Uno de los modelos más citados es el modelo de Holtzworth-Munroe y Stuart (1994), por el hecho de haber sido replicado en varios estudios y demostrar su estabilidad en el tiempo.
Los mismos autores basaron su investigación en la revisión de quince estudios sobre tipologías de maltratadores, identificando finalmente tres dimensiones:
a) Severidad de la violencia
b) Generalidad de la violencia
c) Psicopatología o trastornos de la personalidad.
Aquellos que muestran perfiles más normalizados, podrían beneficiarse de tratamientos centrados en la gestión adecuada de la ira y la resolución de conflictos alejada de la violencia, de la modificación de las ideas distorsionadas sobre el amor y los celos, así como de planteamientos que fomenten la igualdad de género. Los hombres con características antisociales requerirán tratamientos más largos en los que además de lo mencionado se haga hincapié en el fomento de la empatía, así como el consumo de alcohol y de tóxicos.
• Una de las recomendaciones internacionales sobre los tratamientos para maltratadores es que es necesario que estos programas tengan en cuenta la acumulación de factores de riesgo y estresores psicosociales que pueden estar precipitando la ocurrencia de mayores niveles de violencia en ciertos sectores poblacionales.
• El consumo de alcohol es una variable que debería incluirse en la mayoría de los programas dada la gran incidencia de esta problemática en la muestra global de maltratadores.
• En los estudios norteamericanos, a partir tanto de los informes de las víctimas como de los propios agresores, se ha puesto de manifiesto la presencia del abuso de alcohol en un 40% a 60% de los casos de agresión a la pareja.
• En un estudio de Pont y Parès (1995), sobre 460 casos de maltrato en Barcelona, el alcoholismo resultó ser el desencadenante principal de los episodios de agresión en más del 50% de los casos.
• No puede afirmarse que el alcohol constituya una causa directa de la violencia familiar (Wallace, 1996). Un punto pendiente de dichas investigaciones sigue siendo averiguar cuáles son las variables que median entre el consumo de alcohol y la violencia.
Es importante destacar, que el principal objetivo de los programas de intervención con hombres que ejercen la violencia de género, ha sido proteger a las víctimas y reducir la conducta violenta, erigiéndose como herramientas de gran utilidad en la lucha contra la violencia hacia las mujeres en las relaciones de pareja.
•El artículo 16 del Convenio de Estambul establece que “las Partes tomarán medidas legislativas u otras para crear o apoyar programas dirigidos a enseñar a quienes ejerzan la violencia doméstica a adoptar un comportamiento no violento en las relaciones interpersonales para prevenir nuevas violencias y cambiar los esquemas de comportamiento violento”.
PRIA-MA. Instituciones penitenciarias y ONGs. Hombres penados por violencia de género que no ingresan en prisión a condición a asistir al programa de intervención. El Programa pretende extinguir cualquier tipo de conducta violenta dirigida hacia la mujer, así como la modificación de todo tipo de actitudes y creencias de tipo sexista en aquellas personas sometidas a penas alternativas por la comisión de delitos de violencia de género. 10 meses.
PRIA. Hombres penados por violencia de género ingresan en prisión, la realización es voluntaria. El Programa pretende extinguir cualquier tipo de conducta violenta dirigida hacia la mujer, así como la modificación de todo tipo de actitudes y creencias de tipo sexista en aquellas personas sometidas a penas alternativas por la comisión de delitos de violencia de género.
Suele durar 25 sesiones.
ALTERNATIVAS. Programas que se realizan en medio abierto.
PROGRAMA CONTEXTO. Programa de la Universidad de Valencia.
El objetivo principal del programa es proteger a las mujeres a través del tratamiento psicosocial de los hombres penados por violencia contra la mujer, para facilitar el cambio de conductas y actitudes y prevenir futuras conductas violentas con su pareja e hijos o hijas. Se trata de un modo de proteger a la víctima pero interviniendo sobre la persona que ejerce la violencia.
El proceso dura aproximadamente dos años y medio (1 mes de evaluación y entrevistas motivacionales, 9 meses de sesiones grupales y 18 meses de seguimiento)
Hombres por la Igualdad. En los Espacios de Igualdad se reúnen periódicamente distintos grupos de hombres para debatir y reflexionar sobre masculinidades igualitarias. Además, puntualmente se organizan actividades de carácter abierto. *Las actividades, dirigidas a hombres, se realizan a través de plataformas virtuales y/o de manera presencial. Si estás interesado, en los grupos o en las actividades, ponte en contacto con tu Espacio de Igualdad de referencia para más información.
Programa escolar de prevención de la violencia machista y promoción de la igualdad.
Terapia personal.
