
Autocuidados

Es fácil olvidarnos de nosotros/as mismos/as cuando enfrentamos problemas o situaciones difíciles que afectan a las personas que queremos. Nuestro deseo de ayudar nos lleva a enfocar toda nuestra energía, tiempo y recursos en su proceso de recuperación. Sin darnos cuenta, podemos empezar a descuidarnos, relegándonos a un segundo o tercer plano. Este comportamiento es completamente comprensible y surge de manera natural, pero es importante reflexionar hasta qué punto es beneficioso tanto para la otra persona como para nosotros/as.
Cuidarme a mí misma para cuidar al otro
Vivimos en una sociedad donde el sacrificio es un valor profundamente arraigado. Sin entrar en ese debate, es cierto que en algunas situaciones es necesario, pero existen muchas formas de afrontarlo. De la misma manera que sabemos que un coche necesita mantenimiento regular para evitar fallos mayores, debemos aplicar ese mismo principio a nuestro bienestar. Parar, escucharnos, reflexionar y tomar medidas para protegernos es fundamental.
Acompañar a una persona con problemas de adicción es una de las experiencias más complejas y emocionalmente exigentes que podemos vivir. Por ello, no podemos perder de vista el cuidado de nuestra propia salud mental y emocional.
¿Cómo empezar a cuidarnos?
- Escuchar nuestro cuerpo
El cuerpo es sabio y nos envía señales antes de que tomemos plena conciencia de que algo nos está afectando. Sin embargo, factores internos y externos a menudo nos impiden detenernos y prestar atención a estas señales. - Identificar qué necesitamos
Una vez que logramos escucharnos, el siguiente paso es identificar qué nos está diciendo nuestro cuerpo y qué necesita. Este ejercicio introspectivo y de reflexión nos permitirá descubrir qué acciones son necesarias para alcanzar un cierto nivel de bienestar. - Implementar hábitos que nos nutran
Es clave centrarnos en nuestro bienestar físico, emocional y social, integrando actividades que nos reconforten y nos brinden momentos de respiro. No existe una lista única de autocuidados, ya que cada persona tiene necesidades y preferencias distintas, pero algunas prácticas fundamentales incluyen:✅ Mantener hábitos saludables de sueño y alimentación.✅ Establecer una rutina de ejercicio.✅ Realizar actividades placenteras y que generen bienestar.✅ Fortalecer o ampliar la red de apoyo social.
El autocuidado no es un lujo, sino una necesidad. Solo si estamos bien podremos acompañar a los demás de una manera saludable y sostenible.
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