
MUJERES Y ADICCIÓN AL JUEGO

La adicción al juego se ha relacionado tradicionalmente a los hombres, pero son muchas mujeres las que sufren este tipo de adicción que impacta de manera muy importante en su vida a todos los niveles: familiares, económicas, laborales, de salud.
Según investigaciones si existe un patrón de género en cuanto a las preferencias de juego ya que ellas tienden a aquellos menos estratégicos como el bingo, las máquinas tragaperras o la lotería.
Además, al igual que ocurre con otras adicciones, las mujeres tienden a jugar en solitario y a esconder el alcance de su conducta a las personas de su alrededor. Por otro lado, su motivación difiere con el hombre ya que ellas buscan evadirse de la realidad y aliviar emociones negativas ya que suelen presentar un mayor número de problemáticas psicosociales tales como puede ser la violencia de género mientras que ellos buscan nuevas sensaciones y ganancia económica.
En las VII Jornadas de Género: Adicciones comportamentales y Patología Dual en Mujer, celebradas en marzo de 2014, se estimó que el 30% de las personas con adicción al juego son mujeres, pero únicamente el 10% acude a tratamiento. El estigma asociado al juego patológico en mujeres hace que éstas lo vivan con mayor culpabilidad y vergüenza, lo que repercute directamente en que las mujeres tiendan a solicitar ayuda con mucha menor frecuencia que los hombres (McCormack et al., 2014).
Como conclusión y viendo las diferencias existentes entre hombres y mujeres en la adicción al juego se hace necesaria una intervención específica para ella, destacando que uno de los elementos a incorporar y/o mejorar sería la conciliación familiar, para favorecer el éxito de los tratamientos pero sobre todo encontrar la manera de que se sienta incluida, escuchada y entendida.