
Mitos sobre la violencia de género. ¿Qué hay que desmentir?

Mitos sobre la violencia de género. ¿Qué hay que desmentir?
Es importante que las y los profesionales conozcan estos mitos, se hagan conscientes de ellos y formen parte de los programas de formación.
Cuando se abordan las causas de la violencia de género, ‘aparecen explicaciones que, siendo erróneas, tienen como propósito disfrazar las verdaderas causas de la violencia de género’. Estas explicaciones denominadas ‘mitos o estereotipos’ sobre la violencia de género, son argumentos y datos expuestos con el objeto de desvirtuar la realidad de la violencia de género, asociándola sin razón científica a, entre otras cosas , el alcoholismo, adicciones, celos, marginación, enfermedad mental y otros factores que “pudiendo jugar como condicionantes, no transforman a los hombres en agresores”.
Se recogen argumentos que sostienen la tesitura de que son las propias mujeres las que eligen ser maltratadas, poniendo en tela de juicio el hecho de que quieran salir de esa fatídica situación de violencia e, incluso, se cuestiona la veracidad de los contenidos de las denuncias interpuestas por ellas.
Vamos a mostrar algunos de los mitos que existen en nuestra sociedad sobre la violencia de género, sobradamente conocidos y por desgracia respaldados por muchas personas:
“Lo que pasa dentro de la pareja pertenece al ámbito privado, “nadie debe meterse”.”
“Un maltratador nunca maltrata sin motivo, “algo habrá hecho ella””
“Las mujeres que sufren maltrato no están tan mal, ya que si no, se irían”
“Las situaciones de malos tratos contra las mujeres ocurren principalmente en ambientes desestructurados, con bajos ingresos o en situación de riesgo de exclusión social”
“Para una mujer es muy fácil denunciar esta situación, ya que el sistema le apoya en todo. Es el hombre el que tiene todas las de perder”
«Siempre se exagera la realidad cuando se habla de violencia contra las mujeres”. “Si no se van es porque les gusta”. “En el caso de que tengan hijas o hijos es mejor que aguanten»
«El violador es un enfermo mental y no es plenamente responsable de lo que hace”. “El hombre estaba deprimido/estresado, su mujer embarazada, estaba borracho / enfermo /abusado en su niñez, etc.”
«Es imposible violar a una mujer en contra de su voluntad”. “Cuando las mujeres dicen NO quieren decir que SÍ”. “La mujer violada es la responsable del delito por provocar al violador”. “La mayoría de las violaciones se producen a altas horas de la noche en descampados y por personas desconocidas”
“La gran mayoría de las denuncias por violencia de género son falsas. Se utilizan las denuncias por parte de las mujeres para tener una ventaja en los procesos de separación y divorcio, aprovechándose de la lenta velocidad de la justicia para resolverlas”
Todos estos falsos mitos y muchos más tienen su origen en pautas culturales, en la lengua y en la religión, que perpetúan las condiciones de superioridad del hombre respecto a la mujer en la familia, en el trabajo y en la sociedad.
Es primordial desmitificar esos estereotipos y por ende, es tarea de toda la sociedad visibilizar las distintas manifestaciones de la violencia contra las mujeres, concienciar sobre ellas, intensificar el conocimiento sobre su incidencia y contribuir progresivamente a su detección y eliminación.