Día Mundial de la Concienciación sobre las Sobredosis

Publicado el 4 de septiembre de 2023 es Información GeneralReducción de Riesgos y Daños

El pasado 31 de agosto fue el Día Mundial de la Concienciación sobre la Sobredosis (IOAD, en sus siglas en inglés), una jornada para responder a los interrogantes en relación a las muertes producidas por el consumo de sustancias.

Esta iniciativa, que se celebra de manera anual, congrega a organizaciones y comunidades que reflexionan a cerca de las cuestiones que rodean al uso de sustancias con el objetivo de concienciar sobre las muertes por sobredosis, partiendo de la premisa de que estas son perfectamente evitables.

Entre todas las entidades participantes de la iniciativa hay un absoluto consenso en que se necesita un enfoque de Reducción de daños para prevenirlas. Este enfoque no solo es pionero en nuestro país, sino el responsable de la disminución de fallecimientos por sobredosis, que en el año 2020 se cifraban en un total de 872, como nos dice el Informe 2022 sobre Alcohol, tabaco y drogas ilegales. Sin embargo, desde la UNAD señalaron que todavía nos queda mucho por hacer en este campo.

Las Salas de Consumo Supervisado, que fueron dispositivos útiles a la hora de prevenir estas lamentables consecuencias en los años de la heroína, han ido menguando en número y territorios, dejando un mapa español totalmente descompensado, en el que solo Euskadi y Cataluña cuentan con este tipo de salas. Estos espacios permiten a las personas que usan sustancias y que no están dispuestas a iniciar el camino de la abstinencia por diferentes motivos y condiciones vitales, tener un espacio para usarlas con seguridad, con soporte sanitario, social y psicológico.

Para la prevención de sobredosis de manera equitativa en el territorio tiene que haber mayor presencia de estas salas en las comunidades, pero para que esto ocurra, es necesario que se abandone la concepción delictiva del consumo. La orientación punitiva de la legislación sobre el uso de sustancias -y, a la postre, sobre las personas que las usan- no solo configura un rechazo político a este tipo de herramientas, sino que condena a las personas consumidoras a hacerlo en la clandestinidad.

Bibliografía y documentos de interés