Disciplina positiva. Respeto. Prevención en violencia de género

Disciplina positiva. Respeto. Prevención en violencia de género
Promueve relaciones respetuosas creando entornos de bienestar y conexión en hogares, escuelas y entornos laborales; alienta el desarrollo de habilidades y destrezas socioemocionales en la infancia. Ayuda a los adultos a entender la conducta inadecuada de los niños, promoviendo actitudes positivas hacia ellos. Marisa Moya es Maestra de Educación Infantil, licenciada en Psicología, está certificada como entrenadora de disciplina positiva y neuropsicoeducación. Dirige la escuela Infantil Gran Vía y cuenta con una larga trayectoria profesional en este ámbito.
¿Es compatible la amabilidad con la firmeza en educación?
Marisa Moya, nos invita a ponernos en la piel de los niños y a ser conscientes de los límites y retos que afloran en el día a día de madres, padres y educadoras/es. “La disciplina positiva es sentido común y coherencia en la vida, en la educación y en las relaciones humanas”. En el vídeo que hemos añadido al final de la página, insiste en que la clave de la educación en el siglo XXI consiste en crear gimnasios emocionales en cada hogar y en cada escuela, ya que es a través de la experiencia es como uno aprende a humanizarse. “Los menores necesitan experimentar para convertirse en personas. El castigo no es una estrategia educativa, es una inseguridad adulta”, concluye la educadora. “No hay madres ni padres, maestras ni maestros, no hay seres perfectos”.
Nos invita a ver el “presente”, entendido como “los conflictos que nos enfrentan a los menores”, como oportunidad para influir en la infancia de un modo más humanizado. Las estrategias que estamos utilizando de mero control y corrección no ayudan a los menores a observar en nosotros los principios y valores que les exigimos. Necesitan experiencias vitales en las que encuentren el modelo. Necesitan ejercitación de estas habilidades porque no nos nacen de un día para otro, crecen con la voluntad, el esfuerzo y el acompañamiento incondicional del afecto y la confianza del educador/a.
Crecer por dentro con respeto hacia una/o misma/o y hacia los demás. Tener consciencia de cada paso que estamos dando.
Niñas y niños capaces de respetarse y respetar, de tomar decisiones que les reflejen una imagen personal de autoestima saludable con plantillas de vida en las que se entienda y se comunique el lenguaje del amor y la responsabilidad.
Las pequeñas cosas de las relaciones, las decisiones del adulto a la hora de enfocar el error, pueden ser grandes cosas en la construcción humana, muchas veces, casi determinantes.
Castigar resulta incómodo, fácil y hasta exitoso; acompañar una conducta inadecuada a través de la conciencia emocional y la resolución de problemas enfocando las soluciones es difícil y satisfactorio para ambas partes. Es importante explicarles que ha sucedido, hacerles pensar, recapacitar, que saquen sus conclusiones acompañándoles y buscar soluciones para que las lleven a cabo.
No todas nuestras prácticas resisten la pregunta ¿Qué pudo aprender mi hijo de la estrategia que utilicé para abordar este problema? Si solo aprendió a detener el comportamiento no tuvo oportunidad de crecer a través del conflicto.
Verse parte del “mal comportamiento” infantil es el primer reto. Entender los problemas que nos enfrentan a los chicos como “solicitud de ayuda para aprender habilidades de conciencia emocional, autorregulación, comunicación efectiva…” es no solo imprescindible sino la única forma de mejorar las relaciones con la infancia para que sean alentadoras de crecimiento ¡un gimnasio emocional en cada hogar!
Vamos a poner un ejemplo; un niño/a que no hace sus tareas, lo deja todo para el último momento, no asume sus responsabilidades, llega tarde, solicita ayuda de manera agresiva, enfadada, brusca, porque a última hora no ha terminado sus deberes y ha tenido tiempo de sobra para elaborarlo. ¿Qué hacemos?. El niño/a se enfada con sus tutores, amistades, hermanas/os porque no le ayudan a hacer sus deberes y además exige que los otros no lleven sus deberes porqué él/ella no lo ha hecho. Es muy importante parar. Vemos que este tipo de comportamiento aprendido y fortalecido se repite en la edad adulta, de este modo si lo vemos en la etapa infantil y prevenimos podemos evitar a persona adultas que se conviertan en narcisistas, manipuladoras, maltratadoras, egoístas, con falta de empatía y asertividad, etc… Si esto sucede y lo identificamos, es importante no recoger su queja, insisto no recoger su queja, porque saben que utilizando esta técnica tan normalizada y trabajada consiguen lo que quieren; «esta persona no me ha ayudado, es su culpa, yo no quería ir, no era mi idea, la profesora pone muchos deberes, es mala ….», siempre echando la culpa a los demás, porque están costumbradas a que otras personas realicen el trabajo que ellas no han hecho. Suelen tener éxito y consiguen su objetivo «no hacerlo y echar la culpa al que no le ha ayudado, o cualquier excusa es buena; estaba lejos, no era buen profe, no es importante…lo que sea». Es necesario poner límites, rechazar recoger su falta de esfuerzo y trabajo e insistir en este caso, que tiene la responsabilidad de hacerlo y haberlo hecho porque ha tenido tiempo, insistir, reiterar y hacerle participe de su responsabilidad, su enfado lo tendrá que gestionar desde el trabajo que le corresponde. Esta gimnasia mental trabajada en la edad infantil y en la adulta, puede transformarse en disciplina positiva.
Conclusiones. Puedes utilizar la «técnica del disco rayado». Consiste en repetir una y otra vez el argumento con un “no” que apoye al punto de vista que se tiene hasta que la otra persona se dé cuenta de que no va a lograr su objetivo. «Has tenido tiempo para hacerlo y si no lo haces ahora».
La Disciplina Positiva es la filosofía de los psiquiatras Alfred Adler y Rudolf Dreikurs que ha sido desarrollada por las psicólogas Jane Nelsen y Lynn Lott. Ayuda a los adultos a comprender la conducta inadecuada de los niños promoviendo actitudes y estrategias positivas de interacción humana.
• Amable y firme al mismo tiempo, respetuosa y motivadora. Te explico la razón de mi firmeza. Ser líder con libertad y orden, la base es el respeto mutuo entendiendo que el niño es un ser diferenciado del padre/madre y como tal, tiene sus propias necesidades y deseos. El mensaje implícito sería: “te acepto por quién eres y creo en tu capacidad para aprender de tus errores y por lo tanto te permito contribuir”.
• Vinculación saludable. Conexión que contribuye a que los niños se sientan sentidos, significativos e importantes.
• Eficaz a largo plazo. Descartamos las herramientas a corto plazo que no salvaguardan la dignidad infantil ¡Para eliminar prácticas disciplinarias no respetuosas!
• Error como gran oportunidad de aprendizaje.
• Enseña valiosas competencias sociales, respeto, interés por los demás, habilidad para resolver problemas, responsabilidad, participación, colaboración.
• Pone de relevancia el valor y las fortalezas individuales a través de la capacitación y el aliento.