¿Cómo elaborar talleres de sensibilización eficaces?
Cuando se planifica una formación dirigida a profesionales que trabajan con personas con discapacidad intelectual (DI) y adicciones, es fundamental entender qué esperan aprender y qué necesidades buscan cubrir. Recientemente, en el marco de nuestro proyecto de investigación en Adicciones y Discapacidad Intelectual, recogimos las expectativas previas de los participantes, a través de un cuestionario, para diseñar un taller de sensibilización que realmente responda a sus intereses y desafíos cotidianos.
¿Cómo organizar la información de manera eficaz?
Para conocer qué esperaban aprender las personas participantes, además de los Grupos Focales iniciales, se les envió un cuestionario con preguntas abiertas. Partiendo de estas expectativas, el reto estuvo en diseñar un taller formativo que combinara claridad conceptual con aplicabilidad práctica, que promoviera la participación activa y el intercambio entre profesionales, y que incorpore espacios para la reflexión sobre el impacto emocional y ético del trabajo con este colectivo.
Siguiendo esta dinámica, la formación no se limita únicamente a la transmisión de información teórica, sino que se convierte en una experiencia transformadora que impacta directamente en la práctica profesional. Al conectar los contenidos con las realidades del día a día, se favorece una intervención más consciente, ajustada y eficaz, lo que incide de manera directa en una mejora significativa de la calidad de vida y de la atención prestada a las personas con discapacidad intelectual y adicciones.
¿Qué esperaban los profesionales?
- Conocimientos generales sólidos: Muchas personas profesionales manifestaron el deseo de profundizar en la comprensión de la relación entre discapacidad intelectual y adicciones. Buscaban ampliar sus conocimientos en aspectos psicológicos, neuronales y sociales para abordar la problemática de forma más integral.
- Estrategias prácticas y herramientas aplicables: El taller no debía quedarse en la teoría. Las y los participantes querían recursos y técnicas concretas que pudieran incorporar fácilmente en su trabajo diario. Casos prácticos, ejemplos reales y métodos de intervención adaptados fueron temas muy demandados.
- Prevención y detección temprana: Señalaron la importancia de anticiparse a la aparición de problemas de adicción. Querían aprender a identificar señales tempranas y desarrollar estrategias preventivas, para evitar que las dificultades se agraven.
- Conocimiento de recursos y redes de apoyo: Además, existía interés en conocer los recursos disponibles y establecer conexiones con otros profesionales y servicios especializados, para mejorar la atención integral y el acompañamiento.
- Alta motivación para formarse: Finalmente, la mayoría mostró un compromiso con la formación y el desarrollo profesional continuo, valorando especialmente aquellas metodologías participativas que fomentan el intercambio de experiencias.
Conclusión
Entender estas expectativas nos permitió diseñar y adaptar la impartición del taller para que fuera más útil, práctico y ajustado a las verdaderas necesidades de los profesionales. De esta forma, se facilitó una información que no solo aportase conocimiento, sino que también potenciara la capacidad de intervención y la colaboración, contribuyendo a una atención más especializada y humana para las personas con discapacidad intelectual y adicciones.
¿Quieres conocer cómo fue el taller y qué valoración tuvo tras la impartición?
Sigue pendiente de nuestras publicaciones en el blog, porque en las próximas semanas os daremos más información sobre cómo evaluar la calidad del taller y qué aspectos a mejorar habría que añadir en futuras formaciones.


