
Alcohol
Descripción
El alcohol es una droga depresora del Sistema Nervioso Central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. Afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, por lo que puede confundirse con un estimulante.
El principal componente de las bebidas alcohólicas es el etanol o alcohol etílico, que tiene diferente concentración dependiendo de su proceso de elaboración.
Cómo se usa
Por ingesta oral.
Metabolismo
El alcohol ingerido en una bebida es absorbido en el aparato digestivo, desde donde pasa a la circulación sanguínea en la que puede permanecer hasta 18 horas. Es eliminado finalmente a través del hígado.
La rapidez de absorción depende de diferentes aspectos tales como: la edad, peso y sexo, la cantidad y rapidez de la ingesta, combinación con bebidas carbonatadas, la ingestión simultánea de comida y la combinación con otras sustancias (tranquilizantes, relajantes musculares, analgésicos, cannabis, cocaína, etc).
El nivel máximo de alcohol en sangre se alcanza a los 30 – 90 minutos tras la ingesta.
Efectos
- Efectos inmediatos. Pocos minutos después de haber bebido, pueden aparecer una serie de efectos, tales como dificultades para la planificación, memoria y aprendizaje, sobre todo en consumidores jóvenes.
- Efectos agudos. Se puede llegar a la intoxicación etílica, que puede provocar un coma e incluso la muerte y favorece conductas de riesgo, ya que el alcohol desinhibe y, además, provoca una falsa sensación de seguridad (accidentes de tráfico y laborales o con prácticas sexuales de riesgo que pueden llevar a contraer enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados).
- Efectos crónicos. El consumo excesivo de alcohol puede provocar importantes problemas de salud, conflictos familiares y sociales. Estos efectos pueden presentarse incluso en el caso de personas que no hayan desarrollado una dependencia y, por tanto, no sean consideradas alcohólicas.
- APARATO DIGESTIVO: cirrosis hepática, pancreatitis, hepatitis alcohólica, gastritis y úlcera péptica.
- SISTEMA NERVIOSO: polineuritis alcohólica, epilepsia, síndrome de abstinencia, delirium tremens, psicosis alcohólica y atrofia encefálica.
- SISTEMA CARDIOVASCULAR: cardiomiopatías, hipertensión arterial, etc.
- CANCER: cavidad oral, lengua, laringe, etc.
- OTROS: Síndrome Alcohólico Fetal, disminución del deseo sexual, impotencia y atrofia testicular.
Consumo en menores
Las intoxicaciones etílicas en menores durante los fines de semana han aumentado en los últimos años hasta 2010, año en que alcanzó el nivel máximo y desde entonces el valor ha ido disminuyendo hasta situarse en una prevalencia del 22,2% en 2014.
Según el Observatorio Español sobre Drogas en 2014, el 3,1% de los estudiantes de 14 y 18 años ha conducido vehículos bajo los efectos del alcohol, y el 17,2% ha viajado como pasajero de un vehículo cuyo conductor había bebido alcohol.
En España, según datos de la Encuesta sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España en jóvenes de 14 a 18 años en 2016, los adolescentes empiezan a consumir alcohol a los 14 años de promedio.
Los jóvenes rara vez presentan cirrosis hepática u otros trastornos, que se suelen presentar en los adultos tras varios años de abusar del alcohol. Sin embargo, las últimas investigaciones científicas han demostrado que el consumo de alcohol en la adolescencia, y especialmente el consumo “en atracón”, puede afectar el sistema nervioso central a distintos niveles:
- Interfiere en el desarrollo del cerebro que atraviesa un periodo crítico de cambios durante esta etapa, limitando su futuro y su potencial individual.
- Afecta, entre otras, la zona cerebral relacionada con la memoria y el aprendizaje (hipocampo).
- En los casos en que el consumo de alcohol produce síntomas de resaca o abstinencia, se producen daños sobre la memoria, el aprendizaje y la planificación de tareas.
Como consecuencia, se producen alteraciones de las relaciones personales, del rendimiento escolar, comportamientos violentos y conductas peligrosas para la salud como prácticas sexuales de riesgo o conducir bajo los efectos del alcohol.
Consumo en mujeres
Los estudios demuestran que el consumo de alcohol y el consumo indebido de alcohol entre las mujeres está aumentando. Las mujeres que beben presentan mayores riesgos relacionados con el alcohol, debido a varios factores:
- Con niveles de consumo más bajos que los hombres, comienzan a presentar problemas antes.
- El alcohol reside predominantemente en el agua corporal, y las mujeres presentan menos agua que los hombres, por lo que los niveles de alcohol en sangre serán mayores.
- Por lo general, pesan menos que los hombres.
- Pueden producirse: daño hepático, trastornos por alcohol, enfermedad cardíaca, daño cerebral, cáncer de seno, entre otras.
El consumo en mujeres embarazas es otro apartado importante a destacar, que pueden producir efectos tales como: problemas físicos, cognitivos y de comportamiento en los niños, cualquiera de los cuales pueden ser componentes de los trastornos del espectro alcohólico fetal (FASD).
Disminución de Riesgos y Reducción de Daños
La disminución del riesgo se encuentra más próxima a la prevención (como en el caso de los programas orientados a evitar la conducción de vehículos bajo los efectos del alcohol u otras drogas, a fin de prevenir los accidentes de tráfico).
La reducción del daño se orienta más a la parte asistencial (es el caso de los programas de mantenimiento con derivados opiáceos, o las salas de venopunción asistida).
Los objetivos a los que deben dirigirse las intervenciones en este ámbito son:
- evitar que el consumo experimental y el uso esporádico se conviertan en uso continuado.
- reducir o limitar los daños ocasionados a la salud de las personas que consumen drogas.
- reducir los efectos socio sanitarios indeseables relacionados con su uso.
Documentos y enlaces de interés
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