
5 Mitos sobre drogas y mujeres

Los estereotipos de género no se han dejado un solo rincón por conquistar en lo que a los comportamientos de las mujeres se refiere y qué mejor semana que esta para desmontarlos y, por qué no, ridiculizarlos también. Vamos a exponer aquí algunos de los más comunes.
1. Las mujeres consumen menos que los hombres porque son más responsables.
¿Menos qué? Consumimos muchos más hipnosedantes que los hombres hoy, fuimos grandes consumidoras de opio siglos atrás, nos hemos igualado a los hombres en consumo de cannabis y MDMA. No es que seamos más responsables, es que gracias al feminismo la maquinaria correctiva que nos obligaba a consumir a escondidas drogas que nos apagasen, que nos deprimiesen el sistema nervioso, hoy está obsoleta.
2. Las mujeres que consumen drogas son más promiscuas.
No, lo único que ocurre es que los medios de comunicación y los relatos predominantes han sido históricamente controlados por los hombres, los cuales no han querido entender la búsqueda autónoma de placer de la mujer (a través del consumo de drogas) sin su participación. El mensaje esconde un razonamiento que bien podría haber hecho un ratón: si busca placer en las drogas, es que lo busca también en el sexo.
3. Las mujeres prefieren las drogas legales.
La política de drogas ha sido capaz de moralizar objetos inertes como las sustancias, escoger drogas legales solo es un mecanismo más para defendernos del discurso punitivista que recaerá sobre la hipervigilancia de nuestros comportamientos
4. Las mujeres que consumen drogas asumen más riesgo de recibir violencia.
Porque las que no las consumen están totalmente libres de recibirla sin embargo. Ironías a parte, lo único que aumenta el riesgo de recibir violencia es que no hablemos de las causas estructurales de la violencia. La mejor ama de casa, la más prudente, aquella que incluso no toma cafeína porque le pone nerviosa, tiene riesgo de sufrir violencia, porque es solo a través de la violencia como se ha conseguido mantener a las mujeres en una posición de subordinación. Las drogas son solo una excusa más para legitimarla.
5. Las mujeres deben vigilar su copa para que no les echen nada que anule su voluntad.
La copa ya lleva una sustancia encargada de secuestrar la toma de decisiones y es el alcohol, hablar de escopolamina (burundanga) u otras sustancias bajo la rúbrica de proteger a la mujer solo tiene dos objetivos: mantener la moralización dicotómica derivada de la política de drogas en la que las sustancias legales no son el peligro sino las ilegales, depositar la responsabilidad de protegerse de una agresión sexual en la mujer, que tiene que vigilar su copa.